Situémosnos:
Travesera Integral por Picos de Europa, posiblemente la “Carrera” más dura en la que he participado. Y es que para recorrer 74 kilómetros y atravesar los tres macizos que forman Picos, he empleado aproximadamente el mismo tiempo que hubiese realizado para una carreras de 100 km de las normales.
Llamarla carrera es un eufemismo, pues es una prueba donde muy fuerte tienes que estar para poder correr, y ya no solo por sus 6.500 metros de desnivel positivos (que alguno más me salió a mi) sino por el técnico terreno por donde transcurría.
Conclusiones:
Primera: Una de las carreras imprescindibles dentro del panorama nacional para todos aquellos corremontañeros que se precien. Seguro que intentaré repetir.
Segunda: Imposible que un murciano pueda entrenar este tipo de carrera, si lo que intentas en tus entrenamiento es simular el terreno y desnivel que te encontraras en competición.
Tercera: Después de la Travesera puedes tener la tentación de no mirar con el mismo respeto a otras carreras más cortas, menos técnicas, más de correr … No te preocupes, cuando vuelvas a participar en una de estas carreras más estándar, a las que estamos más acostumbrado, el terreno ya te podrá en su sitio.
Cuarta: y la última conclusión y por la que he querido escribir esta entrada hoy, para pedir la ayuda de la comunidad corremontañera. Pues aun sigo siendo un corredor "amateur" sin entrenador "profesional", al que le es muy importante las experiencias que me podáis aportar sobre el tema.
La historia:
Esta amaneciendo, me enfrento a la primera gran bajada de la Travesera, casi un kilómetro y medio hasta el pueblo de Caín. Las piernas van un poco cansadas y seguro que agradecerán que se deje de subir.
Pero las cosas no son lo que parecen. La pendiente es aun más inclinada que cuando estábamos ascendiendo. Las rocas afiladas hacen que me sea imposible colocar el pie de una forma correcta para poder frenar mi peso y no despeñarme. Esta bajada se me va hacer muy larga.
Me intento colocar el frotar que con el brusco movimiento se me está desplazando. Pierdo la atención un momento en el piso y me tuerzo el tobillo. Caigo al suelo, pero por lo menos tengo la “suerte” de hacerlo en una zona un poquito menos inclinada.
Las piernas se me agarrotan, ahora voy asustado y me cuesta bajar. Tiro mucho de cuadriceps y estos empiezan a doler. Mientras tantos los corredores me pasan volando. Me frustra perder casi 10 puestos en una bajada.
Esta seria un poco la tónica general de toda la carrera: defenderme muy bien en las subidas para sufrir de forma brutal en todas las bajadas. Llegando a desconectarme en la última, a priori la más suave, donde las piernas dijeron basta.
Infinidad de alfileres se clavaban en mis muslos cada vez que intentaba traccionar en la maldita vía romana de camino a Arenas de Cabrales. Solamente un pensamiento pasaba por mi mente, un mantra que se repetía en cada zancada, una pregunta que me taladraba: ¿qué he hecho mal? ¿qué le están pasando a mis piernas? ¿qué ha faltado en mi entrenamiento? ¿qué tengo que hacer para que esto no se repita?
Y aquí es donde quería llegar, preguntas que en frío son más fáciles de contestar. Rutinas que todos hacemos, ejercicios incorporados en nuestros entrenos, isométricos, pesas, sentadillas, series ... ¿Y a ti que te funciona?