La
organización nos obligaba a cargar el impermeable, pero por lo menos no
cambiaría el trazado de la carrera. Eso nos aseguraba 44 km. y 2.600 metros de
desnivel positivo, por uno de los lugares más bonitos de nuestra Región. Mucha
gente preparada en la zona de salida para completar con éxito esta dura carrera
en busca del Yeti.
Recorrido donde se aprecia tres grandes subidas |
En busca del Yeti |
En
la salida las primeras dudas: voy justo, no estoy entrenando como quisiera y
tengo que vivir de las rentas de otros años. Pero por lo menos no me duele nada
(lo bueno de no entrenar a tope). Plan mental para afrontar la carrera: Correré
por sensaciones, intentar ir de menos a más y pasar de la clasificación final
¡Hoy toca disfrutar sin sufrir!
Acabamos de empezar, que contentos se nos ve |
Salida
en masa, todos hacia delante. Me dejo llevar detrás de Juan José Larrotcha
(SENDA), un gran especialista en esta distancia que poco a poco va saliendo de
una lesión. Por delante mucha gente. El
grupo se estira, encabezándolo Sebas Sánchez (Record Sport Petrer). El primer
repecho pone a todo el mundo en su sitio, y después de cruzar la carretera y de
pasar algunos corredores, me sitúo con unos metros de ventaja sobre Alberto Plazas (nutrihispania-Ciclos Curra) Y
Juanjo.
Sebas, ganador de la Prueba |
Alberto y Juanjo, mis perseguidores durante mucho tiempo |
La
carrera trascurre tranquila por una bonita senda. Todo el mundo regula, todavía
falta mucho. Detrás, mis perseguidores muy cerca. Delante, los primeros a lo
lejos, pero no sé cuantos. La duda se resuelve en el segundo avituallamiento,
solo dos me aventajan, voy tercero ¡Y ahora qué! ¡Y mi plan de no cebarme por
los puestos!
En
las primeras cuestas hacia Las Cunas (primera cima de la carrera), adivino a lo
lejos la camiseta verdinegra de Juan Miguel Cuenca (La Sima Trail Running), que
debería de ser el segundo de la general, a no más de 2 minutos. Cambiamos el
plan mental de principio de la carrera: ahora hay que cazar a Juan Miguel
¡Tengo tiempo!
Juan Miguel |
Exprimo mi cuerpo en los últimos repechos, prometiéndome una bajada suave hacia la
Carrasca. Bajada que la hago sin tensión, ya que voy solo, no veo a nadie. Me
sirve para preparar física y mentalmente la segunda subida de la carrera.
Subida complicada, ya que no tiene un desnivel muy acentuado, donde se podría
correr gran parte de ella, pero llego tan cansado que tengo que alternar el
correr con el caminar.
Pensando en la segunda subida. |
Sigo
sin ver a nadie tras de mí, por lo menos llevo 3 minutos de ventaja a mis
perseguidores. Pero tampoco veo a Juan Miguel, ha aumentado su ventaja. Me doy
cuenta que va a ser difícil alcanzarlo, a no ser que pinche en el cortafuegos
hacia el morrón. Todo puede pasar.
Segunda
bajada, esta peligrosa, ya que las rocas mojadas hacen que resbale en varias
ocasiones. Intento hacerla lo más rápidamente posible, para conseguir un buen
colchón, y poder afrontar con mayor garantía la subida al Morrón (tercera
cumbre de la carrera). Pero el ir solo te quita intensidad, te distraes y no
apuras todo lo que podrías.
Aproximadamente
kilómetro 28, inicio de la última subida. Aquí es donde empieza la
carrera y para mí, donde se terminan mis fuerzas. Recupero en el
avituallamiento: bebo, como y descanso. Cojo la mochila de hidratación y me
incorporo en el río de corredores de la Miniyeti que suben hacia la cumbre. Nada
más comenzar la ascensión me doy cuenta de que me cuesta seguir el ritmo de mis
compañeros, las piernas no quieren, estoy muy cansado, lo único que puedo es
arrastrarme en espera de que la pájara pase y ponerme otra vez a tope.
Pero
no pasa, sigo mal, los calambres llegan y otra vez tengo que cambiar el plan:
ahora ya no quiero coger a Juan Miguel, ahora me preocupa que no me cojan a
mí. Miro en busca de mis perseguidores,
pero en este maremágnum de corredores, de multitud de camisetas y de dorsales
de mil colores, no encuentro a nadie de mi prueba. Sufro, me recupero un poco, vuelvo a sufrir,
y me vuelvo a recuperar, pero sigo marchando el tercero.
La
recuperación total no llega hasta que consigo dar la vuelta a la caseta del
Morrón y comenzar el último descenso. De
regreso al cruce veo a Alberto, Juanjo y Jesús Molina (SENDA) y escucho los alientos de Antonio José López
(SENDA), que son mis perseguidores más cercanos. Están muy lejos, no me pueden
alcanzar, mi tercer puesto está asegurado. Ahora a correr en la bajada, a volar
por la pista y a reponer fuerzas en el último avituallamiento, donde la
catástrofe se consolida.
Jesús Molina |
Anto López |
Discusión,
confusión y frustración ¡No voy tercero! ¡Mi verdadera posición es la cuarta!
Me han adelantado y no me he dado ni cuenta. Los controladores me verifican la
posición y me sacan del podio en el que tanto tiempo había creído estar. ¿Cuándo?
¿Dónde? ¿Quién? Y sobre todo ¿Por qué? No hay tiempo para llorar, la carrera
sigue. Bajo la intensidad y junto a Carmen Martínez (CEX Cartagena trail),
completo los últimos kilómetros hasta llegar al Berro. Otra medalla de
chocolate. Van tres en las últimas tres carreras. Más chocolate para las Navidades.
Gabriel Valero (independiente) ¿por donde me adelantaste? |
Carmen Martínez: compañera en lo últimos km. |
Seguro que en Cartagena te desquitas, nos vemos alli
ResponderEliminarBuena carrera, da gusto leer como las narras, y ya quisieran muchos medallas de esas. Un saludico.
ResponderEliminargran crónica,enhorabuena,hiciste un carrerón igualmente.
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