Disfrutando de la nieve primavera.

Magnífico fin de semana en Sierra Nevada, ya tocaba después de tantos intentos, por fin tuvimos esos días de buen tiempo que tanto se necesita para hacer montaña sin pasar penalidades.

Viernes noche:

Ascensión por las pistas hacia el Refugio-Vivac de la Carigüela, a unos 3.200 m de altura. Para quien no lo conozca es un cilindro construido en un collado a pocos metros del Veleta, con una capacidad para 16 personas. Aún siendo fácil de encontrar, pues pasa una pista justo a su lado, teníamos que tener cuidado de no pasárnoslo, ya que sabíamos que estaba totalmente enterrado de nieve.

Para que os hagáis una idea del Refugio de la Carigüela.

La subida muy cómoda; sin viento, sin frió, con un poquito de luz por la luna creciente y con muchas ganas, y en menos de 3 horas ya estábamos buscando la entrada de esa nevera donde tendríamos que pasar la primera noche.

Entrada al refugio escavada en la nieve.

El refugio ya estaba ocupado y las mejores plazas cogidas, por lo tanto, Carlos y yo tuvimos que dormir en las parte de arriba, sufriendo la lluvia procedente de la condensación y el deshielo del techo del refugio. Es curioso que en una noche tan despejada, libre de cualquier nube, el único lugar donde llovía fuese dentro de la Carigüela. Aun así, noche muy buena, donde gracias a mis tapones, fundamentales cuando duermes en refugios (nunca sabes con que Jabalí puedes acostarte), no sufrí los molestos ruidos de los andarines, los cuales tienes que madrugar muchísimo para poder pillar la nieve dura y no hincarse.

Sábado:

Nosotros todo lo contrarío, no teníamos prisa, ya que nuestros esquís nos permitirían pasar por encima de la nieve sin apenas hundirnos. Nos levantamos tranquilos, con unos momentos de incertidumbre a la hora de elegir el itinerario y después de aclararnos nos dirigimos hacía la Caldera, otro refugio-Vivac a los pies del Mulhacen.

Ladera de subida al Mulhace.

Tras una travesía un poco incomoda llegamos al refugio, donde dejamos las cosas, ocupando un buen sitio, no queríamos mojarnos esta vez, y seguimos nuestro camino, ahora mucho más ligeros, hacia la cumbre del pico más alto de la Península (3.478 m).

En la cumbre del Mulhacen con David y Dani

La subida como todas, lenta, zigzagueando hasta la cumbre, pero la bajada, muy rápida, deslizándose sobre la nieve, una verdadero invento esto de los esquís de montaña ¿pero como hemos estado tanto tiempo sin ellos?

Disfrutando de las vista desde el punto más alto de la Península.

Tras la bajada a descansar, y a esperar a nuestros amigos albaceteños que llegaría en breve al refugio; doloridos, cansados, sudados, pero con muchas gansa de vernos. Ellos ya mañana subirán la montaña, ahora a reponer fuerzas.

Domingo por la mañana:

Con todos los deberes hechos y ya descansados después de una noche tranquila y de no haber madrugado mucho, nos dispusimos a regresar a la Hoya de la Mora (2.550 m.), inicio de la travesía y donde nos esperaba el coche para regresar a casa. Escoltados por ese maravilloso Sol que nos acompaño todo este fin de semana, se realizó el trayecto de vuelta sin percances alguno.

Bajando hacia el coche por las pistas

Esta semana he abandonado un poco el entrenamiento, realizando solamente dos sesiones, y no muy largas.

Fecha	Distancia (km.)	Duración	Ascendente (m)	Categoría completa
05/04/2011 19:30	6,00  km.	0:40:00	30,0 m.	Carrera
06/04/2011 13:04	8,62  km.	1:03:37	570,9 m.	Continuidad
Total	14,62  km.	1:43:37	600,9 m.	(Múltiple)

Pero espero que estos tres días en Sierra Nevada me sirvan para aumentar un poquito más mi capacidad aeróbica. Ya lo comprobaremos con el paso del tiempo.

Pero no debo de descuidarme, pues dentro de poco tengo un test para comprobar si estoy en el buen camino. El día 1 de mayo nos iremos a correr a Sierra Elvira en Atarfe (Granada) y es por lo que en esta semana tendré que apretar un poco, mi última semana seria de carga antes de la carrera.

Pero Bueno, eso es otra historia y ya os la contaré en la próxima entrada, mientras tanto a disfrutar, pues el tiempo ya empieza a acompañar.