Yeti vs. Titanes

Titanes

Me he sentido como un verdadero Titán; uno de los doce poderosos dioses que gobernaron en la época dorada, cuando la humanidad era pura e inmortal. Y como Titán, junto con un nutrido grupo de hermanos (Titanes) y hermanas (Titánides) y comandados por Crono, hemos tenido que luchar en una verdadera Titanomaquia (Guerra de los Titanes) contra el mayor de los rivales: el abominable hombre de las nieves. Como todos sabréis, después de haber escuchado esta historia tantas veces, hoy también nos tocó perder. Derrotados por el Yeti y por el hogar en donde se esconde.

El Yeti

Sabíamos que iba a ser difícil, que la bestia no nos regalaría nada, que llevaba mucho tiempo preparándose para la batalla y que todo lo controlaba. Para poder encontrarlo hemos corrido por senderos ocultos y poco transitables, subido montañas inalcanzables y volado por bajadas vertiginosas.

Pero nuestro premio estaba en la meta, satisfechos por haber terminado, orgullosos por plantar cara, por ser unos buenos contrincantes y haber disfrutado de nuestro sufrimiento. Una vez recuperado el aliento, cuando el oxigeno pudo empezar a viajar de nuevo por nuestra cabeza, es cuando todos llegamos a la misma conclusión, y aunque en nuestra camiseta pusiese otra cosa,  el hombre de las nieves había podido con nosotros. Nos había engatusado.

La carrera:

Todo empezó el sábado a las 8 en el Berro, pequeño pueblecito en el corazón del Parque Regional de Sierra Espuña. Salida muy controlada, donde a diferencia de otras veces, nadie intento romper la carrera. La primera pequeña cuesta hace que nos pongamos en cabeza un selecto grupo de corredores, en primera posición y marcando un suave ritmo Rafael Martín (Todovertical, club de la comunidad de Madrid), detrás y sin complicarnos mucho la vida: Pedro Serna (Tragamillas) Juanjo Larrotcha, Carlos Marín y Yo (Todos de SENDA).

La carrera trascurre por un sendero sin apenas desnivel, donde la comodidad del ritmo hace que no se me pase por la cabeza apretar, ya que en esta zona, todos mis compañeros son muchísimo más peligrosos que yo, y mejor no animarlos. Eso tuvo que pensar Carlos, que después de un prudente tiempo a cola del grupo, pide paso y empieza a animar la fiesta, aunque a nuestro acompañante madrileño no le gusta ir el segundo, intentando pasar a Carlos siempre que puede. Se anima el ritmo y el ordenado grupo se rompe un poco. Yo aguanto como puedo, deseando que lleguen ya las primeras rampas para que la gente se tranquilice.

Segundo avituallamiento y el grupo se rompe totalmente: Carlos a su historia, a subir a tope y los demás a intentar seguirlo. En estos primeros lances Juanjo desaparece por detrás y Carlos por delante. Subo a mi ritmo sin obsesionarme, controlando a Pedro que se queda unos metros y  sin quitar el ojo Rafael que me lleva unos segundos, segundos que recupero fácilmente al final del cortafuegos que nos llevaría a la primera de la cumbres, la cual corono el segundo a unos 2 minutos de Carlos, pero muy cerca de mis peligrosos perseguidores.

Comienza la bajada, donde en la primera parte debo de estar muy atento para no perderme por lo sinuoso del trazado. Un genial marcaje hace que pronto llegue a la pista donde me doy cuenta que no he podido despegar a mis seguidores (que no son cojos bajando) pero lo mejor de todo, es que hemos reducido la distancia que nos llevaba Carlos y nos volvemos a agrupar los cuatro otra vez. En lo poco que nos queda de bajada y por una pista muy transitable, Pedro hace un despliegue de cualidades, aumentando el ritmo y despegándose con mucha facilidad, si es capaz de correr así en esta zona, será un mal compañero para la parte final, hay que quitárselo de en medio  antes de llegar a la pista del Leyva. Por suerte, no parece que vaya muy fino cuando empina hacia ariba, cediendo mucho tiempo en la segunda subida. En esta subida, la historia se repite: Carlos se escapa, yo le sigo como puedo, me despego un poco de nuestro visitante madrileño y Pedro desaparece. En el cuarto avituallamiento veo salir a Carlos, me llevará uno o dos minutos, y cuando yo salgo veo llegar a Rafael, al cual llevaré dos o tres minutos, de Pedro nada.

Segunda bajada y la única que es de verdad técnica, no arriesgo mucho, pues los isquios empiezan a avisarme, pero fácilmente paso a Carlos, que como todo el mundo sabe, no es que apriete mucho bajando y consigo meterle unos dos minutos en el principio de la gran subida al Morrón.

Me presento frente al último escollo de la carrera en primera posición, pero cansado y con calambres ya por todos lados. Sé que la victoria está cerca, pero que no me van a permitir alcanzarla sin luchar. Como, bebo, me tienta la famosa glucosa pero paso, aprieto los dientes y para arriba. Me cuesta mucho, las piernas ya no quieren, se han rebelado contra mi cabeza, que cada vez está más agotada. Se produce en mi interior otra verdadera lucha Titánica. Sigo subiendo y detrás de mi no aparece nadie, sigo luchando, pero tengo muchos frentes abiertos: mi cabeza, mis piernas, el Yeti, la Senda del Caracol y lo más peligroso de todo; ya veo a Carlos y parece que viene fuerte.

En recuerdo a Pedro, para que no se le olvide nunca.

Se que me va a alcanzar y que mi única oportunidad está en la última bajada. Si quiero mantener opciones, tengo que retrasar al máximo la captura, reducir todo lo que pueda su ventaja en la cumbre, y solo así podría volver a pasarlo en la primera parte de la bajada, antes de llegar al Leyva, donde si coge pista antes que yo, adiós a todas las posibilidades.

El Caracol

Lucho con todo mi cuerpo, todos los músculos en coordinada cooperación ayudan a mantener el sueño el máximo tiempo posible. Pero al final sucede, soy alcanzado en los famosos zig-zag del Caracol. Ahora a sufrir y a intentar llevar acabo mi plan. Corono El Morrón a unos dos minutos y medio de Carlos, pero sin fuerzas para casi nada. Las cosas por detrás han cambiado: Rafael y Pedro totalmente perdidos y aparecen en Juego Juanjo y Antonio José “Anto” López (También de SENDA), que haciendo una carrera muy inteligente, ha podido fagocitar a muchos corredores y ponerse el cuarto de la general. Mis prioridades cambian, ya no solo tengo que preocuparme por Carlos, ahora también tengo que mirar atrás, no me gusta llevar a Juanjo tan cerca, sus finales son ya famosos.

Última oportunidad, vuelo hasta el septo avituallamiento, pidiendo paso a los respetuosos corremontañeros de la miniyeti. Intento por lo menos visualizar a Carlos, pero no lo consigo, no ha sido suficiente, lo he perdido. Descanso, como y bebo directamente de la botella en el control, estoy totalmente seco. Ahora a bajar a buen ritmo, aunque con muy pocas posibilidades de pillar a Carlos, pero con la intención de que los compañeros de SENDA no me alcancen a mí. La pista se hace larguísima, aunque al final de ella, la alegría del último avituallamiento y el apoyo de nuestras incondicionales seguidoras.  Relajado descenso por el barranco de las Brujas, controlando cada uno de los pasos, pues a esta altura de la fiesta, el cuerpo ya va al máximo y cualquier tropiezo puede ser nefasto. Entrada triunfal al pueblo disfrutando de los últimos aplausos hasta la meta. 

Contento en el Pueblo

Pero las mejores felicitaciones me vienen de los verdaderos protagonistas de la carrera, de los dos campeones de esta maratón: del magnífico Yeti, alma de toda esta prueba y de Carlos Marín, vencedor absoluto de la carrera.

El verdadero Yeti ocultando la cara, siempre en la sombra. Muy pocos lo han visto.

Carlos Marín

Poco más podía esperar, todas mis expectativas cumplidas. Felicitar a mis compañeros de SENDA, por que gracias a todos hemos vuelto a ser Campeones Regionales por equipos. Esperemos seguir mejorando vista al año que viene y que nuestra familia deportiva siga creciendo.

SENDA Campeona Regional 2011