VII Ricote Trail: Ni el barro, ni la lluvia, ni la ausencia de marcas, pero si el cambio del recorrido.

Apreciaciones personales:

Qué fácil es organizar una carrera cuando todas las cosas van bien, o mejor dicho, que difícil es sacar adelante una prueba cuando todo se pone en tu contra. Y esto fue lo que les paso a los compañeros de Ricote: lluvia, barro, cambio de itinerario, balizas que desaparecen, paellas que se anulan… y aun así, la carrera se celebró. ¿Pero valió la pena?

Mucho se está hablando estos días sobre este deporte, y no por sucesos agradables. Es un hecho que esta disciplina está de moda y que cada vez más deportistas se acercan a las montañas a practicarla, es lógico pensar que muchos de éstos son personas preparadas para desarrollar actividades en este medio, pero también habrán algunos con limitaciones físicas y técnicas para realizarlas. ¿Se debe adaptar este deporte para que todos podamos practicarlo?

El año pasado se felicitó a La Organización de La Carrera del “Valle de Ricote”, por tener una iniciativa pionera en Murcia: abrir esta carrera a Junior y personas no iniciadas, creando una carrera más corta donde pudiesen participar, una prueba de iniciación donde no se perdía la idiosincrasia de las Carreras Por Montaña, menos exigente físicamente, pero igual de técnica. Los corredores que se inician, ¿Están preparados técnicamente para superar una carrera del nivel de Ricote?

Soy consciente de que la montaña es un medio cambiante, un medio libre que no está sujeto a nuestro control, un medio que te da mucho y que también te puede quitar. Y por todas esas cosas; un lugar donde me gusta estar, donde me divierte hacer deporte, donde me lo paso bien. Me gusta ir cuando el Sol es el que domina, cuando el viento me empuja al correr y cuando la lluvia me moja el pelo. Cada momento tiene su encanto y todos los momentos hacen la montaña. ¿Pero todo el mundo corre en estas montañas cambiantes?

Se me plantean un montón de preguntas y sé que las respuestas no son fáciles. Hay diferentes personas, diferentes puntos de vista, diferentes realidades, pero yo me sentí estafado. El domingo fui a correr “La Carrera de los Campeones” y termine en una diabólica pista de casi 7 kilómetros. El cambio no me gustó.

La carrera:

La mala noticia saltó nada más llegar a Ricote: la organización había decidido sustituir la última parte de la bajada por una pista de casi 7 km. La ilusión de disfrutar de una carrera 100% de montaña quedaba desvanecida. Pero el cambio era para todos y habíamos ido a correr.

No hacía frio y el impermeable lo único que haría sería estorbar, por lo tanto, a pelo y con los manguitos. Salida rapidísima empujados por los junior de la corta. Me dejo llevar, apretando más de lo que hubiese querido, pues todo el mundo estaba allí. Nada más llegar a los zig-zag, noto que me faltan las fuerzas, por delante ya se me habían escapado muchos y los de detrás me hostigan. Los brazos me pesan y cada vez voy peor. Christophe Roche y Anto Lopez (SENDA) se me escapan unos metros, me esfuerzo para no perderlos de vista.

Poco a poco empiezo a mejorar, alcanzo a Anto. Llego a la primera bajada,  donde por fin cazo a Christophe y a Alberto Plaza (independiente), seguimos descendiendo en total ausencia de balizado. Nos relajamos un poco y escuchamos a Anto que nos sigue de cerca hablando con Carlos Marín (SENDA) que debería de ir por delante, pero la falta de marcas lo han despistado.

Confusión total: corredores que van por la senda de arriba, corredores que deberían de ir tras de nosotros, corredores que se han despistado, corredores desconcertados  sin saber qué hacer. Nadie de la organización, ningún controlador. ¿Y ahora qué? ¿Ha seguir corriendo como si nada hubiese pasado? Nos esperan, nos dejan pasar y nos dan un tiempo.

Hice lo que pude, pero no pude con ellos. Carlos Marín, Christophe Roche y Javier Salar  (un servidor) 

Carlos aprieta y se va, Christophe y yo lo seguimos de cerca, alcanzándolo en el cresterío que hay antes de la rambla. Vamos los tres muy juntos, aunque ellos dos me sacan unos metros, pero lo de verdad está por llegar. En la primera parte de la subida me mantengo, cediendo muy pocos metros y ganándole algunos a Anto, que todavía sigue detrás. Pero en la segunda parte, cuando se empina más, se me despegan totalmente, encontrándose ya muy alejados en el principio del cortafuegos. Por mi parte, también he puesto tierra por medio entre mis perseguidores. Intento hacer la bajada todo lo rápido que puedo y cuando llego a la pista, se acaba lo que se daba.

Ahora me queda una pista muy larga que me llevará, dando un gran rodeo, hasta Ricote. Cansado y sin ganas de correr, intento pasar lo antes posible este calvario. No puedo evitar ver con añoranza, la cresta por donde, en circunstancias normales, trascurriría la carrera. ¡Que larga se me hizo la pista!

Cansado

Malas sensaciones desde el principio, que he ido arrastrando toda la carrera para llegar en la posición 6ª por detrás de Christophe, el cual sigue aumentando su ventaja en la Liga. 

Felicitar a Fran Díaz (Roller Masters) 2ª que afianza su primera posición en la Liga y a Eduardo Chordá (Aire Libre) 3ª por su gran estado de forma, una lástima que no estuviese en el Valle.

Fran Diaz y Javier Martinez (autor de las fotos)

Eduardo Chordá

Ahora a descansar para la V Roller Masters Trail, pero antes y para este domingo, carrera de orientación en la sierra de Burete, pero eso es otra historia que os contare en próximas entradas.