PREÁMBULOS
Con solo un mes de recuperación
desde la fatídica Yeti, el tobillo todavía un poco dolorido, y tras mucho
sopesarlo, decido asistir a la Falcotrail.
Es una prueba que he visto nacer,
participado en todas sus ediciones y donde siempre me han tratado como en casa.
Estaba señalada en rojo intenso en el calendario, como uno de mis objetivos 2014. Planteados mis entrenos para llegar a tope a la cita, y poder así disfrutar
de todo el trabajo que nuestros compañeros de Cehegín, han estado realizando durante tanto tiempo ¡No
podía dejar que me la contasen!
Gracias a los sabios consejos de
muchos de mis compañeros-rivales y a los magníficos profesionales de
Fisioterapia Ángel Ros (Molina de Segura), el tobillo mejora más rápido de lo
esperado.
Multitud de incógnitas pasan entonces por
mi cabeza. La carrera la quería hacer pero: ¿Estaría realmente el tobillo
preparado? ¿Sería capaz de completar una maratón después de tanto tiempo parado?
¿Actuaba como un inconsciente?
En parte todos somos un poco inconscientes
cuando nos planteamos, salir de la comodidad de nuestro hogar para completar una
carrera de estas características, por el simple hecho de sentirnos mejor ¿O a
lo mejor no?
LA CARRERA
Frío. Mucho frío en la salida y
yo más abrigado de lo normal. Mi participación será testimonial, ya que en ningún
momento intentare pasarme con el ritmo. Debo de cuidar mi tobillo. Salgo
escoltando al equipo de Running Center Murcia, pero pronto me doy cuenta que
las piernas se van solas hacia delante. Las dejo hacer, quiero pasar el primer
escollo en buena posición para no pillar colas.
Running Center Murcia: segundo clasificados por equipos |
A lo lejos veo a algunos
compañeros con los que, en condiciones normales, debería estar luchando. Sigo con
mi ritmo, no lo altero. No es un día de disputa.
Pasada Peña Rubia (primera
subida), me noto un poco inseguro en la bajada. Voy con miedo en el apoyo,
aunque no hay molestias especiales en el tobillo. Todo parece que va bien, a
excepción de la cola que se forma tras de mí.
Haciendo cola en las bajadas |
En el As de Copas (segunda
subida) me pruebo un poco, aumento el ritmo, acercándome mucho a Jesús Molina
(SENDA), Antonio Ibarra (Roller Masters) y Alfonso de Moya (Spor-ti). La subida deja paso
a una bajada corta con muchas piedras sueltas, donde mi prudencia hace que se
me escapen, ahora sí que para siempre ¡Hoy mi carrera era otra cosa! No tengo
presión, voy tranquilo, sin nada que arriesgar. Me permito parar y
dejar pasar a la gente. La cosa funciona, el tobillo responde.
A vista en los primeros lances de la carrera. |
De camino al Pico del Águila
(Tercera subida) me uno al ritmo de Francisco Mendoza (Alhama COYM) que debido
a un accidente con la bicicleta, también llevaba el tobillo maltrecho, notándolo
sobre todo en las bajadas. Resisto un poco su ritmo para poder disfrutar de su
conversación, pero pronto lo dejo ir. Un mes sin hacer nada ya se empieza a
notar.
Francisco Mendoza |
Otra nueva y buena bajada técnica,
la cual saboreo saludando a los senderistas que voy adelantando, muchos de
ellos conocidos, los que se preocupan por el estado de mi tobillo. Sigue bien,
preparado para lo más duro, que esta por llegar.
Hago el Campanario (Cuarta
subida) seguido por Francisco Javier Sánchez (Independiente), el cual está pasando un momento crítico de la carrera, pero como buen jabato, no deja de luchar y
apenas se separa de mi unos metros. Corono y me preparo para otra de esas
divertidas bajadas, la cual no podre disfrutar descendiendola como me gusta. Bajo la
cabeza para poder prever con tiempo los apoyos. Cuando te fijas tanto en el
suelo, no te da tiempo a ver el cielo. Ni la rama que me golpea en la cabeza.
Francisco Javier |
Un dolor intenso me para en seco.
La punzada hace que me lleve la mano a la cabeza, encontrándome con un viscoso
calentor. La escandalosa sangre empieza a gotear por la frente. Presiono con un
guante la herida que dejar de chorrear. Convenzo a Francisco Javier para que siga la
carrera. Estoy bien, ni mareado, ni con ganas de vomitar. El dolor remite. Poco a
poco voy bajando, con la mano en el golpe y dando explicaciones a todos los
que me adelantan ¡Estoy bien! ¡Seguir a lo vuestro! ¡Me están esperando abajo!
¡No preocuparos que llego sólo!
DESENLACE
Abajo se confirma lo inevitable: una
brecha en la cabeza, no muy profunda, pero de más de 7 centímetros que aconseja
que abandone la carrera. Historia conocida: ambulancia, reconocimiento y 5
puntos.
Dos de dos, final de temporada
para olvidar.
EN POSITIVO
Me quedo con las palabras de Jesús
Molina, compañero de SENDA: “nada, si el tobillo ha ido bien lo demás chapa y
pintura. Menos mal que tienes buena mata de pelo y peinándote con la raya al
lado no se te notara”
Pues si: 25 kilómetros de pura
carrera por montaña, donde el tobillo respondió de maravilla. Ahora a preparar
el inicio del año 2015, que esperemos que sea menos accidentado que este final.
¡Pero eso es otra historia para próximas entradas!
Eso es mala pata, o mejor dicho mal coco, de tos modos tiene merito intentar esa prueba con cero entrenos. Un saludico.
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