Y la última en “to la frente”

Pues eso, que para despedir la temporada de orientación me salió una carrera con bastantes fallos. Y es que no se puede ir a correr pensando en otros compromisos.

Lo primero fue que se me olvido activar el GPS en la salida, por lo tanto, el recorrido en el mapa empieza en la baliza 1. Hasta esta primera fue una navegación rápida y fácil apoyándome en las dos alambradas que se encontraban en el camino.



El festival de fallos empieza en la baliza 2, donde inexplicablemente pase por encima sin darme cuenta. ¡No pasa nada! ¡Acabas de empezar y todavía tienes mucho tiempo para recuperar! ¡Ahora hay que apretar el ritmo!

Lo de siempre, aprietas, corres más deprisa y empiezas a acumular pequeños fallos: unos segundos en la baliza 4, te confundes de rambla hacia la baliza 5 y todo se desmorona cuando te alcanza un corredor que había salido 6 minutos más tarde que tu, aunque este orientador se llame Juan Bonillo y sea de tu club.

Ya sabes que las cosas van mal, has perdido 6 minutos con respecto a Juan, y ahora vas a por todas, a intentar separarte de tu incomodo compañero de viaje.  Pero aunque corras mucho, siempre te lo encuentras en la baliza, unas veces yo se la levanto, otras él a mi (se entienda que hablamos de la baliza). Hasta que llegamos a la fatídica baliza 13, donde había podido sacarle unos segundos de ventaja a Juan, pero las prisas, la presión, el plástico del mapa o mi mala orientación hace que oriente mal el mapa, saliendo de la baliza justamente al contrario. Muy tarde es cuando me doy cuenta y solo me queda trotar tranquilo por la carretera y terminar las últimas balizas asumiendo mi mala carrera.


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