Como islas en el Altiplano cinco Sierras. Aisladas entre si. Unidas por largas travesía sin apenas desnivel. Cultivos, viejos caseríos abandonadas, monte bajo. Donde, si no han podido contigo, puedes correr muy rápido. Atento siempre a tu GPS. El recorrido no esta balizado. Fácil perderse.
Carrera de resistencia, travesía, aventura, orientación o una mezcla de todas. No se a lo que me enfrentaba. Aun no lo se.
Meteorología perfecta, 40 participantes y muchas ganas de correr. Tiempo de ajustar, probar cosas, buscar sensaciones. Preparación para las Ultrafortalezas.
Kilómetros iniciales de calentamiento y me pongo en modo competición. Toca apretar un poco para intentar encontrar el cansancio lo antes posible, aprender a gestionar el sufrimiento, que seguro que me acompañara durante muchos kilómetros en mi futuro reto cartagenero.
El tiempo acompaña y las piernas hoy responde, alejándome de mis acompañantes, a los que nunca llegue a perder completamente. En cada pequeño despiste, cada ruta incorrecta o cruce confundido y vuelta atrás, allí había alguien para verificarme el regreso al buen recorrido. Otra vez a correr.
No fueron muchas perdidas, pero las justas para tener que apretar en la última subida, donde el segundo clasificado recupero un valioso tiempo “perdido por mi” en un largo y nutritivo avituallamiento.
Pero nunca disfrute de un tiempo tan provechosamente “perdido”, por las renovadas fuerzas adquiridas tras que hiciesen su efecto, las abundantes pitanzas engullidas. Después de 50 kilómetros, me encontraba nuevo y eufórico. Con ganas de correr pero solo una ultima Isla que subir.
Al final primero en meta y entreno cumplido. Otro paso más.
Echa un vistazo a mi carrera virtual, tomando como referencia el recorrido de Blas Garcia (cuarto clasificado)